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“Con un ojo abierto y otro cerrado” sobreviven en Mesopotamia los que hoy recuerdan la furia del huracán Georges hace 20 años

República Dominicana.-“Que tuvimos que salir de aquí y arrimarnos en la casa ajena y hemos sufrido mucho, porque cada vez que viene una cosa de esas tenemos que salir huyendo y dejarlo todo”.

Han pasado 20 años y los que como Carmen Bisonó sobrevivieron a la furia del huracán Georges, describen aquel 22 de septiembre como el día que marcó sus vidas con la mayor angustia, desesperación y lo más grave, con luto y consternación.

“Eso fue un día inolvidable, ese ciclón. Bueno, en la edad que yo tengo (68) nunca había visto una cosa así”, expresa Ana Josefa Encarnación, quien vive en El Cepillo, en  Mesopotamia de San Juan de la Maguana.

Y es que, el 22 de septiembre del año 1998, en horas de la tarde, Georges tomó las fuerzas que lo convirtieron en un poderoso huracán, con vientos de hasta 200 kilómetros por hora; fue la séptima tormenta tropical, el tercer huracán y el primero de una categoría superior a 3, de la temporada de huracanes del Atlántico de ese año.

El huracán se mantuvo activo desde el 21 de septiembre hasta el 1 de octubre, período en el que tocó tierra en Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Haití, Puerto Rico, Cuba, los Estados Unidos (específicamente en Florida, Misisipi, Alabama y Louisana), hasta impactar la República Dominicana.

La furia de Georges inundó todo el territorio, aunque unas regiones resultaron más afectadas que otras. En el Este los impactos fueron mayores en La Romana, San Pedro de Macorís, El Seibo, provincia La Altagracia y Hato Mayor.

En el Sur, los mayores estragos provocados por el huracán Georges se concentraron en La Mesopotamia, una comunidad de San Juan de la Maguana, cuyo sector, Los Montes De Oca, fue arrasado por las embravecidas aguas del Río San Juan.

“Bueno, cada vez que llueve uno está con un ojo abierto y otro cerrado, porque uno no puede dormir; el río baja ahí mismo”, esta es la expresión de Milcíades Suero, que aquel día vio como las desbordadas aguas arrasaron con todo cuanto encontraron a su paso, en San Juan de la Maguana.

Con el impacto de sus vientos y con oleajes que sobrepasaban los 12 pies de altura, el Huracán Georges también causó daños significativos a la agricultura, al tendido eléctrico, a los acueductos, escuelas, puentes, carreteras y viviendas…

“Pasé el ciclón y salvé 14 personas arriba de la casa mía, a martirio, pasando hambre arriba de una casa. No encontrábamos que comer; no hallábamos refugio, ni nada; nos sacaron en soga”, Recuerda la señora Librada Valdez, que también vive en la Mesopotamia.

Los que sobrevivieron cuentan a Georges en la lista de los más fuertes huracanes que han azotado al Sur del país, en las últimas décadas.

“Pasamos la vida fue arriba de la casa, para poder aguantar a Georges (…) que fue uno de los más fuertes que dio aquí en la República Dominicana, para mi”, expresa Carlos Antonio Medina, que aun vive en La Mesopotamia

Otros como el señor Enércido de La Rosa manifiestan que “todo lo que nosotros pasamos es malo, si la promesa de nosotros es hasta un día desaparecer por medio de la naturaleza”.

“Por aquí todo el mundo salía huyendo, porque eso era una cosa muy tremenda. Pueden venir otros ciclones, pero no han hecho lo que hizo ese”, es lo que con la mirada perdida expresa Osvaldo Mateo Solano, desde el barrio Quijà Quieta, en Mesopotamia de San Juan de la Maguana.

Desde aquel 22 de septiembre, los pronósticos de lluvias y advertencias de tormentas, generan pánico entre los que viven en barrios próximos a los ríos San Juan, Maguana y Dajai…Y es que la experiencia fue desastrosa.

“Que cuando el río hace una creciente, nosotros no dormimos, porque toda esa agua se emboca para la casa”, dice Maritza De León Paniagua.

Si recordar es vivir, esta gente no despierta aun de la pesadilla de haber perdido literalmente  todo; cama, estufa, nevera y otros enseres, pero también la casa y sobre todo, perdieron padres, hijos, hermanos y otros parientes, amigos y vecinos, arrastrados por las embravecidas aguas y sepultados en el lodo.

“Ay ombe Dios, eso no hubo ojo, ni corazón pa´velo”, expresa doña Florinda Guzmán, quien vio como las aguas arrastraron a una amiga y vecina, que en medio de la catástrofe se devolvió a buscar una de las gallinas que criaba.

Al igual que los damnificados de Georges en otros puntos del país, las más de 400 familias que levantaron casas en La Mesopotamia, esperan por el prometido desalojo al proyecto Vista del Río que construye el Gobierno, para el cual también fue levantado un muro de contención.

los  apartamentos, más de 500, distribuidos en 30 edificios divididos en lotes, para alojar a 432 propietarios de casas en La Mesopotamia y, a 170 inquilinos en Quijà Quieta, Guachupita, Los Cartones, La Lata y otros barrios, sobre los que levantaron nuevamente sus casas luego de sepultadas por el Huracán Georges.

El desalojo está previsto para diciembre próximo, aunque hay quienes no abrigan esperanza alguna, en vista de que lo que resta de este año no es tiempo suficiente para la terminación de los apartamentos, sus calles y otras obras.

 

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