República Dominicana.-El presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo” defendió hoy el derecho dominicano a la deportación de indocumentados, y mantener los controles de las autoridades sobre las parturientas haitianas.
Rechazó un comunicado de la Conferencia del Episcopado Dominicano donde se pide que se pare la deportación de indocumentados, y se permita que las parturientas haitianas acudan masivamente a los hospitales.
Indicó que contrario a lo que piensa la Conferencia del Episcopado, las autoridades dominicanas han sido generosas al permitir los partos de haitianas indocumentadas e ilegales, en los hospitales públicos.
Inclusive, en una situación muy especial, se ha llegado a que en maternidades de Santo Domingo y Santiago haya en el cupo de la asistencia una paridad entre parturientas haitianas y dominicanas.
Destacó que la principal prioridad del gobierno tiene que ser garantizar buena atención a las dominicanas, y luego aplicar un protocolo sobre el tratamiento a las indocumentadas, sobre todo haitianas.
Añadió que tampoco se pueden detener las deportaciones de indocumentados, como mal plantea la Conferencia del Episcopado, institución a la que llama a preocuparse más por los dominicanos.
Resaltó que parar en este momento la deportación de indocumentados es un gran contrasentido y sería una medida catastrófica para la paz y tranquilidad del país.
Rechazó también la petición del Episcopado para que se continúen otorgando los permisos especiales o cuotas para trabajar en la industria de la construcción y la agroindustria.
Se preguntó sobre lo que en verdad quiere el Episcopado si se deja a la libre la contratación por cuota de obreros y mano de obra, y por el otro lado se suspenden las deportaciones y se deja libre tránsito a los indocumentados.
Hizo un llamado a los obispos a que se preocupen más por el país, por los dominicanos, por los que luchan día a día para mejorar sus condiciones de vida, en medio de la escasez y los problemas económicos.
Lamentó que los nuevos voceros de la Conferencia del Episcopado parece que están más interesados en dar protección a los haitianos, que preocuparse por los problemas locales.