La respuesta de Irán: ¿cuánto puede escalar el conflicto tras los ataques de EE.UU.?

Irán declaró este domingo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que sus Fuerzas Armadas serán las responsables de decidir “el momento, la naturaleza y la escala” de una respuesta proporcional a los recientes ataques de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes. Así lo afirmó el embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, quien es la máxima autoridad del país persa en territorio estadounidense.

Durante una sesión de emergencia solicitada por Irán, Iravani afirmó que su país se reserva “el derecho total y legítimo de defenderse contra la insolente agresión de Estados Unidos y de su peón israelí”, aunque adoptó un tono moderado y evitó lanzar amenazas directas contra Washington.

El embajador describió a Irán como “un amante de la paz, miembro fundador de las Naciones Unidas y con 5.000 años de cultura y civilización”, en contraste con Estados Unidos, al que acusó de ser “el único país que ha usado armas nucleares, asesinando a millones en Hiroshima y Nagasaki”, y de emplear el “pretexto” de impedir que Irán desarrolle armas nucleares para justificar sus ataques.

Iravani también criticó al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, a quien calificó de “criminal de guerra” y responsabilizó de “secuestrar la política exterior estadounidense”, empujando a EE.UU. a “otra guerra costosa y sin fundamento”.

China, Rusia y Pakistán piden un alto el fuego inmediato

En la misma sesión, los representantes de China, Rusia y Pakistán —considerados aliados de Irán en el Consejo— presentaron un proyecto de resolución para exigir “un alto el fuego inmediato e incondicional” entre Irán, Israel y Estados Unidos.

El embajador chino, Fu Cong, explicó que la propuesta también reclama “la protección de los civiles, el respeto a la legalidad internacional y el regreso al diálogo y la negociación”. Sin embargo, es poco probable que la resolución prospere, debido al derecho de veto que posee Estados Unidos en el Consejo de Seguridad.

En otro momento de la sesión, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, expresó su preocupación por los posibles daños en la planta de Fordó, principal sitio de enriquecimiento de uranio en Irán.

Grossi explicó que nadie, ni siquiera el OIEA, puede confirmar la magnitud de los daños subterráneos, aunque ya son visibles “grietas”, lo que confirmaría el uso de bombas anti-búnker por parte de EE.UU. No obstante, aseguró que Irán ha notificado que “no hay incremento de la radiación exterior” en ninguna de las tres instalaciones atacadas.

El funcionario subrayó que los ataques armados contra sitios nucleares “nunca deberían suceder” por el riesgo de fugas radiactivas con “graves consecuencias”, y advirtió que la escalada militar “pone en peligro vidas” y retrasa los esfuerzos diplomáticos para evitar que Irán desarrolle un arma nuclear.

Grossi dijo estar dispuesto a viajar de inmediato a Irán para abrir negociaciones con todas las partes y garantizar la protección de las instalaciones nucleares y el uso pacífico de la tecnología.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, también intervino en la reunión y, aunque evitó nombrar directamente a Estados Unidos, recordó que “todos los Estados miembros deben actuar de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas y las demás normas del derecho internacional”.

Guterres sí se dirigió directamente a Irán, al pedirle que respete plenamente el Tratado de No Proliferación Nuclear, al que calificó como un “pilar de la paz y la seguridad internacionales”.

La reunión de este domingo fue una sesión de emergencia inusual, dado que el Consejo de Seguridad rara vez se reúne durante fines de semana o días festivos, salvo en situaciones de extrema gravedad como guerras o invasiones.

Es la tercera sesión de emergencia convocada por Irán desde el inicio de los ataques israelíes contra sus instalaciones nucleares. Las anteriores tuvieron lugar el viernes 13 de junio y siete días después, pero ninguna produjo una resolución ni una declaración conjunta, debido a las divisiones internas y el veto de Estados Unidos.

La situación evidencia el quiebre dentro del Consejo, donde China y Rusia suelen alinearse con Irán, mientras que las potencias occidentales —incluidos Francia y el Reino Unido— han evitado condenar los ataques estadounidenses, y se han limitado a reafirmar que “no se puede permitir que Irán desarrolle armas nucleares”.

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