MATIQUERIA, SANTO DOMINGO ESTE.- Con el corazón destrozado, los familiares de María Anais Mateo Gil, de apenas 17 años, sepultaron no solo a una hija, hermana y madre, sino también la esperanza de justicia ante un crimen que ha sacudido a toda la comunidad. Los familiares más cercanos de Anais esperan que la medida de coerción prontamente conocida, al igual que la totalidad del caso, se maneje bajo la totalidad del peso de la ley y sin benevolencia alguna.
María Anais desapareció el jueves. El viernes fue cuando la encontraron, las hermanas cuentan que recibieron una foto en la que aparecía en el Hospital Docente Universitario Dr. Dario Contreras, luego de varios viajes hacia el centro médico dieron con ella, la cual se encontraba en cuidados intensivos apenas respirando, donde duró hasta el lunes y fue allí cuando latió su corazón por última vez.
La joven, madre de una niña de 11 meses, falleció este martes tras permanecer tres días entubada en estado crítico luego de ser encontrada con signos de violencia física en unos matorrales de la avenida Ecológica. Por el hecho, se encuentra bajo arresto Mario Abreu Lara, un chofer de 42 años que, según sus familiares, tenía antecedentes por abuso sexual.
“Ese tipo era un maniático……. sabrá Dios cuántos errores ha cometido y se ha quedado callado”, denunció entre lágrimas María Naomi Gil, hermana de la víctima. Tanto ella como su hermana Noemí cuestionaron la libertad del acusado pese a sus antecedentes. “¿Cómo va a ser que una persona fichada…… andaba como en la puerta de su casa?”, reclamó Naomi.
El dolor de la familia se convierte en clamor. “Gente así debe caerle todo el peso de la ley" expresó Naomi, agregando que deberían castrarlo para que no vuelva a tocar a ninguna niña. Vecinos y allegados también se sumaron al pedido de justicia, repudiando la violencia con la que fue atacada Anais.
El acusado permanece en custodia de la Policía Nacional y se espera que en los próximos días se conozca medida de coerción. Mientras tanto, el rostro de la joven y su historia se convierten en símbolo de una sociedad que demanda mayor protección para sus niñas y adolescentes.