Santo Domingo, RD.- Los residentes y comerciantes de las calles Juan Erazo, Aníbal de Espinosa y Moca, en el sector Villa Agrícolas, están clamando por la contaminación del agua potable, que, aseguran, sale de los grifos con un color marrón y un mal olor.
Samuel Cuevas, dueño de un colmado en la calle Aníbal de Espinosa, narró que la situación lleva años sin ser atendida por las autoridades y que se agrava porque el agua sucia que se acumula en las calles cuando llueve podría estar filtrándose en las tuberías de agua potable.
"Cada vez que llueve, esto se llena de un lodo negro que luego llega a través de las tuberías. Cuando uno abre la llave, el agua sale sucia, con mal olor, y después se aclara. Es como si se estuviera mezclando", aseguró Samuel.
Radamés Jiménez, propietario de un negocio de repuestos, también se mostró molesto ante esta situación y señaló que la sustancia que inunda las calles es un lodo oscuro, que podría ser un desecho industrial, aunque admite que desconocen su origen.
"Lo que pedimos es que las autoridades investiguen. Aquí no viene nadie: ni la CAASD, ni el ayuntamiento, ni Medio Ambiente", mencionó.
Por su parte, Liliana Reyes, vecina afectada, relató que, debido a esa agua contaminada, ha desarrollado alergias y que, además, varios niños en el sector se han enfermado.
"Cada vez que llega el agua, los lunes y viernes, primero sale negra. No es solo lodo; es agua contaminada que se está metiendo en las casas", dijo Liliana.
Los comerciantes estiman que hay más de 100 negocios perjudicados, con pérdidas constantes de mercancía y una caída en las ventas. Luis Troncoso, otro propietario, advirtió: “Esto no solo es una crisis económica, también es una amenaza sanitaria y nadie hace nada”.
Los residentes acusan a las autoridades de aparecer únicamente "para aparentar", limitándose a limpiar superficies sin investigar ni corregir el problema estructural de las tuberías, ni el origen del lodo contaminante que inunda la zona tras cada lluvia.
En ese sentido, exigen la intervención inmediata de la CAASD, del Ayuntamiento del Distrito Nacional y del Ministerio de Medio Ambiente para frenar lo que consideran una bomba de tiempo para la salud de quienes residen en la zona.