Los partidos políticos en la RD (8va parte)

La transición y el relevo en el PLD no fueron procesos que surgieran intrínsecamente desde el interior del partido; más bien, se originaron a partir del posicionamiento que otorgó el ejercicio de la Presidencia de la República.

La mayoría de los miembros del Comité Político del PLD pasaron a ocupar los principales cargos en el gobierno de Leonel Fernández durante el período 1996-2000.

Esto transformó la relación entre los miembros del partido: aquellos que antes eran iguales pasaron a convertirse en subalternos del presidente Fernández. En la misma mesa donde se reunía el poderoso Comité Político, ahora se sentaba también, como uno más, el Presidente de la República. Es evidente que la jerarquía había cambiado. Entre todos los iguales, uno de ellos había alcanzado la cúspide del poder: la presidencia de la República, el puesto de mayor incidencia tanto en el país como en el partido.

La igualdad plana que caracterizaba al Comité Político del PLD, aunque algunos se resistieron, terminó por quebrarse. Gradualmente se fue imponiendo la lógica de la realpolitik. En 2001, Leonel Fernández fue consagrado como el nuevo presidente del PLD. Al alcanzar la máxima posición en el partido, Fernández logró lo que le faltaba para convertirse en el relevo indiscutible de Juan Bosch, consolidándose como el líder absoluto del PLD.

La absorción de amplios sectores del Partido Reformista por parte de Fernández también le permitió ejercer presión dentro del PLD y afianzar su liderazgo. La derrota de Danilo Medina en las elecciones presidenciales del 2000 también contribuyó a despejar el camino para el ascenso definitivo de Leonel.

Tras su primer período de gobierno, el PLD adoptó una línea estratégica claramente electoral. A partir de entonces, se implementó un modelo de conducción política orientado fundamentalmente a ganar elecciones. Los valores ideológicos que dieron origen al PLD y sus críticas al sistema imperante fueron cediendo espacio a nuevas formas de hacer política, marcadas por el pragmatismo, nuevos paradigmas y la ruptura con muchas tradiciones de la política dominicana.

La decisión del PLD de colocar a Leonel como su líder le dio estabilidad interna y generó confianza en amplios sectores de la vida nacional, lo cual fue crucial para su retorno a la presidencia en las elecciones de 2004.

Sin embargo, la conversión del PLD en un partido electoral trajo consigo la implementación de nuevas prácticas de clientelismo, que poco a poco fueron erosionando los valores del quehacer político en el país.

Quedará pendiente —y puede ser tema de otro artículo— revisar el balance final de los gobiernos del PLD.

Por ahora, hemos intentado analizar el fenómeno del relevo en los partidos políticos dominicanos. En el caso del PLD, la transición se produjo de forma claramente definida con la ascensión de Leonel Fernández. En cambio, en el PRD no se ha producido aún un relevo real ni la consagración de un liderazgo que ocupe el espacio dejado por José Francisco Peña Gómez.

Continúa…

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