Santo Domingo.– A casi un mes de la tragedia que cobró la vida de más de 200 personas en la discoteca Jet Set, el lugar conocido como la “zona cero” comienza a quedar en silencio. Este miércoles, la presencia de visitantes en los alrededores ha disminuido notablemente.
Flores marchitas, velones desgastados y fotografías de las víctimas aún permanecen en el lugar como testigos de un dolor que sigue latente, aunque ya no congregue a multitudes. Entre los pocos que aún acuden a rendir homenaje, muchos coinciden en que se trata de un hecho que el país jamás podrá olvidar.
Como símbolo silencioso del horror vivido, aún permanece colgado el cartel que anunciaba la presentación del artista Rubby Pérez, en lo que prometía ser una noche de música y alegría. Ese afiche, descolorido por el sol y el tiempo, se ha convertido en un recuerdo doloroso de cómo la diversión se transformó en tragedia.
"Puede que ya no vengan tantos, pero esto es algo que el país nunca va a olvidar", expresó un visitante que se detuvo a observar las imágenes colocadas en la acera.
Aunque la vigilia espontánea que surgió tras el desastre ha perdido intensidad, el reclamo de justicia cobra más fuerza. "Ya no se trata solo del duelo; ahora lo que esperamos es que los responsables paguen por lo ocurrido".
La discoteca, todavía cerrada y parcialmente colapsada, sigue siendo un escenario de duelo, ahora casi sin visitantes, pero cargado de simbolismo y preguntas sin respuesta.