Santo Domingo. -En la playa de Boca Chica, las opiniones están divididas entre comerciantes y vacacionistas en torno al establecimiento de un retén por parte del ayuntamiento y la prohibición de fiestas, por parte del Ministerio de Interior y Policía.
Mientras algunos vendedores aseguran que estas medidas han afectado sus ingresos, otros valoran la tranquilidad que se vive en el balneario después de que las autoridades establecieran nuevos controles.
El Chévere quien se dedica a la venta de pescados fritos y cervezas, asegura que la medida del ayuntamiento tiene los negocios con la “venta baja”, mientras otros alegan que la sociedad no puede siempre vivir en el desorden. Es el caso de Fiordaliza Ureña, quien aplaudió la decisión.
La medida, parte del plan de seguridad ciudadana, ha sido respaldada por fuerzas mixtas, incluyendo Defensa Civil, Policía Nacional y voluntarios, quienes este jueves alrededor de las 6 de la tarde procedieron al desalojo pacífico de los bañistas.
Según informaron las autoridades, durante la jornada de este jueves no se reportaron incidentes lamentables en la playa que más visitan los capitaleños.