LOS ANGELES (NBAMANIACS.COM).-Los Lakers se fueron al parón del All-Star pegándose un batacazo en Salt Lake City y han vuelto con otro aún más sonado. En casa y ante los Hornets, los de Redick, y han caído por 97-100 han uno de los peores equipos de la liga, evidenciando una vez más que a este equipo le va a hacer falta tiempo para terminar de estructurarse. El mismo tiempo que está necesitando Luka Doncic para encontrar su mejor versión en su nueva ciudad.
Van ya tres partidos de Luka vestido de oro y púrpura, pero de alguna manera es como si solo hubiéramos visto el teaser. Atisbos por aquí y por allá de lo que va a ser esta nueva era para la franquicia y de los highlights que van a inundar las redes cada mañana, pero todavía no ha llegado esa gran noche de decir ‘aquí estoy yo’. Y hoy quedó muy claro desde el principio que no iba a ser el caso.
Con cinco pérdidas en el primer cuarto, Doncic dejó claro que aún está pagando los meses de ausencia. En algunos casos le pesó esa falta de toque que se va solucionando a base de acumular minutos; en otros, las ganas de brillar y buscar un pase tan complicado como espectacular. Pero, aunque sí regaló algunas jugadas para la galería como una asistencia de campo a campo a LeBron, quedó claro nada más empezar que esta no estaba llamada a ser su noche.
Fue por tanto James quien, con la ayuda de un buen Rui Hachimura y los triples de Dorian Finney-Smith, comandó en la primera parte a unos Lakers que, sin alardes, controlaron el choque dadas las enormes dificultades de los Hornets para sumar (14/49 en el tiro). Pero en cuanto estas terminaron, comenzaron los problemas.
Así, se llegó a mediados del tercer cuarto con una estructura de partido muy clara: los locales no estaban brillantes pero quién necesita brillar para ganarle a Charlotte. Pues resulta que los Lakers. Porque en cuestión de segundos el duelo cambió radicalmente.
Miles Bridges, que anotó en el tercer periodo 11 de sus tantos, dio inicio a la reacción visitante liderando un parcial de 1-17 con el que los de Lee cerraron el cuarto y tomaron la delantera casi por primera vez en toda la noche. Tras la sequía de la primera mitad en cuanto a tiro exterior (4/23) llegó el bombardeo en el tercero (7/17), y todavía estaba por llegar la artillería pesada en forma de LaMelo Ball.
El último periodo fue el territorio del base, que abrió con dos triples que ampliaron el parcial de 1-23, se encargó de crear para sus compañeros para que estos pudieran responder a la reacción angelina, y, cuando llegó la hora de la verdad, bailó a la defensa y aprovechó la nula protección de aro para anotar la bandeja que puso el 94-98 a falta de 14 segundos y dejó el duelo encaminado.