LOS ANGELES (NBAMANIACS.com).-Continúa el idilio de los Lakers de J.J. Redick. Después de dejar muy buenas sensaciones en su debut, el conjunto angelino ha mantenido la buena dinámica sumando un nuevo triunfo ante los Phoenix Suns por 123-116, lo cual les permite arrancar la liga regular con un balance 2-0 por primera vez desde 2010. Y todo ello a pesar de un inicio que no invitaba precisamente al optimismo.
Phoenix dio comienzo al choque con un baloncesto arrollador que pasó completamente por encima de los angelinos durante los primeros minutos. La rápida circulación de balón y, sobre todo, el excelente acierto exterior (12/18 en triples en la primera parte) puso rápidamente en ventaja a los de Arizona, que no solo tomaron las riendas sino que lo hicieron con fuerza. Comandados por un buen inicio de Devin Booker, que anotó en el primer parcial 10 de sus 23 puntos, el cuadro de Budenholzer cerró el cuarto ganando por un contundente 23-38, y no bajó el ritmo durante el inicio del segundo para colocarse con un 23-45 que hizo saltar las alarmas en el pabellón.
Semejante diferencia requería una reacción rápida, y los de oro y púrpura la tuvieron. Austin Reaves asumió galones con balón y comenzó a dar una mayor fluidez a la ofensiva local, generando situaciones tanto para sí mismo como para Anthony Davis, con quien está desarrollando un juego de dos más que interesante que les permitió nutrirse mutuamente y empezar poco a poco a reducir distancias. Con un parcial de 17-6 para cerrar la primera mitad en el que Reaves anotó o asistió 11 tantos, los Lakers lograron irse a vestuarios con una diferencia de un solo dígito (52-61) que hacía todo mucho más manejable, y, sobre todo, con una dinámica positiva a la que dieron continuidad en la segunda parte.
Muy poco hubo en esta de los Suns que habían sido una tormenta apenas unos minutos antes, pues el ataque se volvió mucho menos fluido e incluso en las posesiones en las que generaban buenos lanzamientos no eran capaces de convertirlos. Tras sumar 12 triples en la primera mitad, los visitantes se quedaron en tan solo 5 en la segunda, en la que fiaron en exceso su anotación a un Kevin Durant que ni siquiera con sus 30 puntos pudo mantener el buque a flote.
Así, mientras el sol de Phoenix se apagaba y cada vez más hombres de los Lakers iban apareciendo, la diferencia se redujo hasta desaparecer y empezó a crecer del lado de los angelinos. Davis y Reaves, con 35 y 26 tantos respectivamente, continuaron dominando la faena, y ellos se fueron sumando cada vez más hombres hasta acabar logrando un triunfo que, si bien no plácido, no pareció nunca en peligro en el tramo final. LeBron James, con 21 puntos y 8 asistencias, volvió a controlar los tiempos a la perfección, Rui Hachimura, con 14 tantos, ejecutó de maravilla una vez más, y hombres más secundarios como Jaxson Haynes o Gabe Vincent supieron también aprovechar las situaciones que se generaban para ellos para sumar su granito de arena a esta duna de confianza que Redick está construyendo.
Así como sería excesivo lanzar las campanas al vuelo tras ganar dos partidos, sería también injusto negar que estos Lakers están superando las expectativas y haciendo méritos para ser considerados uno de los grandes de este apretado Oeste. De momento, parece que Redick ha dado con la tecla. Ahora solo falta ver si pueden mantener esta ilusión hasta el final.
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