LOS ANGELES (NBAMANIACS.com).-El Intuit Dome es ya oficialmente la nueva casa de Los Angeles Clippers. El vecino pobre de la ciudad ha dejado por fin de compartir piso con los Lakers y ha disputado su primer partido oficial en su nuevo pabellón, situado en Inglewood, donde esperan reforzar su identidad y construir un legado mucho menos ligado al de la franquicia de oro y púrpura. Legado al que, no obstante, no han podido dar inicio con un primer triunfo.
Los californianos cayeron por 113-116 ante los Phoenix Suns en un choque muy parejo y que acabó regalando a los primeros asistentes al pabellón cinco minutos de baloncesto extra, pues se fue a la prórroga tras terminar con empate a 103-103. En esta, los de Mike Budenholzer acabaron encontrando más recursos para sumar mientras los locales iban yendo a menos, salvando así un duelo que llegaron a tener muy cuesta arriba en el último cuarto y en el que tuvieron que acudir al inmenso talento de sus estrellas.
Lo mismo tuvo que hacer, y desde mucho antes, Tyronn Lue, que como era de esperar cedió las riendas del partido a un James Harden que respondió con altos y bajos. La Barba fue el máximo anotador (29), asistente (8) e incluso reboteador (12) de los suyos, pero no es oro todo lo que reluce en el box score y su noche tuvo también sus sombras. Y es que el base no fue especialmente eficiente en sus lanzamientos (10/28) ni cauteloso con el balón (8 pérdidas), y acabó pagando las consecuencias de asumir tanto peso en la prórroga, en la que prácticamente desapareció y dejó a los suyos sin recursos para llevarse el triunfo.
No obstante, su buen hacer y la ayuda de hombres como Ivica Zubac y Norman Powell, autores de 21 y 17 tantos, llegaron a colocar a los locales en una posición muy ventajosa para llevarse el choque. El cuadro angelino llegó a mandar por dobles dígitos en el último cuarto (91-81) e incluso mantuvo una renta considerable al llegar nueve tantos a falta de menos de cuatro minutos (99-90), lo que obligaba a Phoenix a tirar de épica si querían sacar el duelo adelante. Y lo hizo. De una épica que se escribe con K y con D.
Kevin Durant no estaba dispuesto a dejar que Inglewood viviera la primera victoria de los suyos. No si él podía evitarlo. El alero asumió galones y convirtió 12 de sus 25 tantos en el último cuarto (7 en los últimos tres minutos), incluyendo la canasta que puso el empate y llevó el duelo al tiempo extra. La acción llegó a falta de 21 segundos, momento en que el alero se levantó sobre una sola pierna y sobre los punteos de dos defensores para convertir un lanzamiento complicadísimo que devolvió a los suyos a la vida. Esta estuvo a punto de durarles poco, pues Harden tuvo la oportunidad de acabar el encuentro sobre la bocina, pero su floater fue escupido por el aro y todo quedó abocado a la prórroga.
En ella, los visitantes recuperaron para la causa a un Bradley Beal que estaba firmando una buena actuación durante los tres primeros cuartos, desapareció por completo en el último, y volvió al partido para decidirlo. El escolta, segundo anotador de los suyos con 23 puntos, dio el impulso necesario sumando 7 de ellos en el tiempo extra, en el que usó su habilidad para ir al tiro libre para encontrar formas de romper el atasco.
Los Clippers (de nuevo) contaron con la posibilidad de devolver el golpe, pero (de nuevo) Harden erró el tiro libre que habría puesto 114-114 a falta de 5 segundos y podría haber valido la segunda prórroga. Ya después de que Nurkic no errara sus viajes al 4,60, los angelinos tuvieron que buscar un triple en una última posesión a la desesperada, pero ni siquiera fueron capaces de encontrar un lanzamiento y acabaron convirtiéndose en el primer equipo en perder un partido oficial en el Intuit Dome.
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