La lucha interna por el gobierno en los Estados Unidos, lleva a los dos principales candidatos, a jugar con la verdad, y presentar cada día un espectáculo deprimente.
Como siempre las elecciones norteamericanas son un festival de luces, de colores en el traje, del peinado y de las palabras bien pronunciadas y sugeridas por creadores de opinión.
Los debates no enriquecen a la campaña, sino que terminan en insultos, irrespeto y una sonrisa fingida, que no va junto con las ideas externadas.
Para un teórico de viejo cuño, el imperio está dando traspiés. No es así. Los Estados Unidos de hoy son poderosos, pero comienzan a sufrir fisuras, que lo podrían aniquilar en varios años.
Las grandes potencias históricas desaparecieron como tales, debido a las divisiones internas. Europa, que era el lado poderoso del mundo, sucumbió en el proceso de reconstrucción luego de la segunda guerra mundial. Se inicia el periplo del imperio norteamericano. ¡Ay! se me acabó la tinta.