SAN FRANCISCO (NBAMANIACS.com).-Con Lauri Markkanen, el principal objetivo de Golden State, fuera del mercado, a la franquicia le toca reajustar sus planes para este verano. Ahora que el traspaso es imposible y el interés en otros grandes nombres es mínimo, los de San Francisco afrontarán las extensiones de Jonathan Kuminga y Moses Moody, que pueden firmarlas ya este verano, pero según señala Jake Fischer, periodista de Yahoo Sports, estas podrían ser más caras de lo esperado.
En concreto, Fischer señala que Kuminga está buscando una extensión máxima, similar a la que ya han firmado jugadores del draft de 2021 como Evan Mobley o Cade Cunningham.
Esta tendría un valor de unos 224 millones de dólares a recibir en cinco temporadas, atando al jugador hasta el año 2030 pero haciéndolo a cambio de un salario que, por ahora, no parece acorde a su rendimiento.
Kuminga viene de firmar su mejor temporada con diferencia, y su potencial es sin duda inmenso, pero estamos hablando de un contrato que le supondría recibir una media de 44 millones por temporada. Y en ese sentido, es de imaginar que los Warriors querrán más garantías de que puede merecer algo así. Con 16,1 puntos, 4,8 rebotes y 2,2 asistencias por partido, Jonathan demostró el año pasado que, si Kerr le da minutos, está capacitado para aprovecharlos, pero no ha demostrado todavía ser la estrella emergente que dicho salario representaría.
No obstante, dado que el jugador será agente libre la temporada que viene, Golden State no tiene prisa en firmar su extensión, y de hecho es posible que él mismo tampoco. Tras su buena temporada y con la salida de Klay Thompson dejando un hueco libre en la jerarquía del equipo es posible que Kuminga confíe en tener un año que sí le haga merecedor de un gran contrato, de modo que tal vez está simplemente dejando pasar el tiempo para abordar la negociación en un año. Cuando, si la cosa va bien, pedir un contrato máximo suene como una solicitud mucho más coherente.
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