República Dominicana.-El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-. Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, consideró que son positivos los esfuerzos de las autoridades para acabar con el alto índice de delincuencia, pero destacó que también hay que enfrentar la exclusión social, caldo de cultivo para los miembros de las bandas.
Afirmó que no solo se puede detener la delincuencia persiguiendo a los que cometen un delito, sino que se tiene que prevenir, para evitar que una parte considerable de la juventud caiga en las redes de la criminalidad.
Agregó que cuando se hace un trabajo de campo en las cárceles para saber el origen de los delincuentes, se observa que la mayoría tiene menos de 35 años y provienen de los barrios marginados casi en un 80 por ciento.
En consecuencia, ningún método para acabar con la delincuencia dará resultados si no se incluye mejorar las condiciones de vida en los barrios, y crear una política de pleno empleo, así como mejorar el sistema educativo.
Apuntó que perdió su futuro, el joven que cae preso en un barrio por un robo de poca monta, porque no hay redención en el sistema actual, y cuando solicita un trabajo le piden papel de buena conducta, y desde que se ve que estuvo preso, se le deja abandonado a su suerte.
Pidió también a las autoridades estar atentas al fenómeno que se presenta de que la pandilla que actúa en los barrios, le da protección y ayuda a todos los jóvenes que residen en el sector, donde, en muchas ocasiones, se convierten en los protectores del área.
“En donde se trabaja con pandillas juveniles, como es el caso de Nueva York, aseveró, se trata de regenerar al joven que cometió un pequeño dolo, y se fortalecen los clubes culturales, deportivos y sociales, para ir cerrando la brecha del falso compañerismo de las pandillas”.
Indicó que, en época pasada, como en los doce años del doctor Joaquín Balaguer los clubes jugaban un papel importante en la formación de los jóvenes, pero su cercanía extrema con grupos políticos de izquierda favoreció su desmantelamiento.
“Ahora hay que comenzar a fomentar los clubes culturales y deportivos, así como las Juntas de Vecinos, para tener control de los jóvenes y evitar que se metan a pandilleros”.
Dijo que la UDC trabaja 24 horas en los barrios marginados, utilizando recursos propios, y ha llegado a la conclusión de que los muchachos pueden ser salvados de caer en las drogas, los atracos, la prostitución, y otros males sociales, pero que para ello se necesita una protección especial.
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