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El desconsuelo une en el dolor a dos familias que sepultaron a sus hijos arrebatados por una delincuencia que no conoce de valores ni respeta religión

República Dominicana.-En La Guáyiga, distrito municipal de Pedro Brand, la consternación es evidente. La comunidad ha perdido a dos de sus hijos ejemplares, y no por un cáncer terminal o un infarto fulminante. Los jovenes cayeron abatidos ante unos delincuentes que nada saben de valores y principios.

Javier Hernández Jesús de 27 años, y José Manuel Gómez Jiménez, de 38, eran amigos y hermanos de religión. La noche del jueves juntos iban a buscar un carro en reparación, el cuál utilizarían en una actividad evangélica, cuando la delincuencia los sorprendió, en el kilómetro 32 de la autopista Duarte, cargando los autores con un aparato celular.

Desde entonces no ha callado el llanto, ni secado las lágrimas más allá del sector El Brisal, donde faltan palabras para describir los valores que identificaban a los jóvenes evangélicos y consuelo para enfrentar su muerte a destiempo.

Ambos fueron sepultados la mañana de este sábado, entre el desconsuelo y la desesperación de sus parientes y las alabanzas elevadas por amigos, vecinos y hermanos de religión.

A los amigos Javier y Joselo los separó la muerte. Los restos del primero descansan en el cementerio municipal La Guaba, mientras los de Gómez Jiménez recibieron cristiana sepultura en el Cristo Redentor.

Con este caso, que quedará marcado como "dos jóvenes evangélicos", se amplía la lista de muertos por la desafiante delincuencia, que también sumó 5 al número de huérfanos.

El coronel Diego Pesqueira, vocero de la Policía Nacional, informó que la investigación está en marcha, con la Policía Científica recolectando evidencia, incluyendo casquillos de bala trasladados a la unidad de balística, además de examinar las cámaras de seguridad cercanas a la zona donde ocurrió el crimen.

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