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Soledad Bravo: “Quiero ser recordada como una cantante que amó profundamente a Venezuela”

Caracas, Venezuela.- Setenta y ocho años marca la calculadora para Soledad Bravo, quien nació en Logroño, España, el 13 de noviembre de 1943. Sesenta y dos de ellos han estado llenos de música. Y los que faltan. Y aunque es una estrella del canto hispanoamericano, un lunes en la mañana se encuentra en su hogar, ubicado en Oripoto, atendiendo las tareas propias de una ama de casa. Así lo dice sin reparo.

Está a días de reencontrarse con sus seguidores después de varios años separados. Un encuentro especial porque “hacía mucho tiempo que no le cantaba al público y eso es importante para cualquier artista”.

Venezuela se preocupó cuando Soledad se sumó a las estadísticas de personas diagnosticadas con coronavirus. Señala al Covid-19 y a sus secuelas como uno de las causantes de la distancia física entre ella y sus incondicionales.

“La pandemia fue una cosa fatal para el mundo. Significó un atraso, grandes pérdidas. Contagiarse es muy malo. Pero bueno, ya pasó. Ya estoy más tranquila. He mejorado bastante. La prueba está en que vuelvo a cantar con mucho entusiasmo y cariño porque es lindo tener un público con el cual me comunico y que me ha seguido. Es un volver con consciencia a algo que me gusta tanto como es cantar”, expresa la intérprete de Ojos malignosDéjala bailarCómo quieres que te olvide y una lista infinita de títulos.

En el imaginario de los seguidores coexisten varias versiones de Soledad Bravo, entre ellas, la original, aquella muchacha de larga melena negra, vestidos largos de los años 60 y guitarra en mano. La cantante confiesa que no sabría qué recomendarle a aquella joven.

“No soy muy buena dando consejos. Lo que pienso con respecto a esas pasiones que se desarrollan en uno, es que hay que tomárselas más en serio. Nunca estudié canto, tampoco música, todo ese tipo de cosas que me hubiesen ayudado mucho. Salí del liceo para la universidad. Nunca pensé que esto era una profesión. Casi 10 años estuve así. Estaba cantando en París y no tenía consciencia de que eso era mi carrera. Me cayó la locha cuando me entrevistó una periodista y empecé a tomármelo un poco más en serio”, afirma.

En el concierto que ofreció este 30 de julio, a las 7:00 pm, en el Centro Portugués, Bravo hizo un recorrido por el repertorio que ha cultivado a lo largo de su trayectoria que incluye música venezolana y latinoamericana, entre la que destaca la Nueva Trova (fue ella quien la popularizó en territorio nacional), boleros y rancheras, entre otros géneros. “La selección ha sido como sacar las grandes joyas que representan cada etapa de mi carrera”.

Esa noche, la vocalista estuvo acompañada por una banda integrada por siete músicos. Miguel Delgado Estévez, Kiara y Liliana de Faría fueron sus invitados especiales.

-¿Soledad Bravo se sienta frente a un televisor a ver, por ejemplo, una entrega de premios, Grammy, Grammy Latino o eso la aburre?
-Ni se trata de aburrimiento. Yo soy muy poca “televisionera”, no soy de sentarme frente al televisor. Eventualmente, veo programas de Film & Arts y cosas así. Y sobre los reconocimientos, está bien que la gente reciba un premio porque a nadie amarga un dulce, pero no soy de las personas que andan detrás de uno. Para mí el gran premio que un artista recibe es el cariño del público.

-¿Le gusta escuchar radio? ¿Qué música escucha hoy por hoy?
-A mí me gusta escuchar música en la casa, pero en “casa de herrero, cuchillo de palo”. Y ahora tengo estropeado el reproductor, las cornetas. Tengo un reproductor de CD, pero es totalmente neurótico y, a veces, me deja mal y cada vez que le pongo un CD dice: “error”. Tenemos un disco de Juan Luis Guerra que es el único que lee, el único que suena. Cuando queremos escuchar alguna cosa, lo metemos, suena un rato, pongo otro y suena perfecto. Música clásica, lo que sea, lo que tengo yo ahí, pero para poder hacerlo tengo que escuchar obligatoriamente a Juan Luis. Y si quiero escuchar radio, vivo en Oripoto, y la señal no es buena, de repente, no se escucha bien. Aparte que también tengo cosas que hacer. Además de cantante, soy ama de casa. Estoy en la cocina o haciendo alguna cosa. Aunque tampoco soy obsesiva con la música porque, a esta edad, también he descubierto una cosa que me gusta mucho, que es el silencio y me acompaña mucho, me ayuda a pensar, me relaja. Me gusta el silencio. A veces, mi esposo Antonio (Sánchez) ve televisión y estoy con él y tiene la televisión encendida sin volumen, entonces le digo: “Búscate aunque sea una película que tenga subtítulos”.

-Porque de eso se trata el matrimonio, la pareja, de ceder, de negociar.
-Nosotros no negociamos mucho (risas). Simplemente ya sabemos lo de uno y lo del otro. Hay una sincronización desde hace 40 y tanto años y hemos llegado a viejitos los dos. Ahora yo lo cuido más a él que él a mí porque es mayor. Nos amamos y llegaremos al final juntos.

-¿Cómo le gustaría que sea recordada Soledad Bravo?
-Como una cantante venezolana que amó profundamente a su país, Venezuela. Yo he amado este país y hasta el final lo amaré y creo que moriré aquí. Me gustaría que me recordaran como alguien que quiso hacer el bien y que amó profundamente a Venezuela.

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