Aproximándose el mes de septiembre y tomando en consideración que los primeros casos debido a SARS COV2 fueron reportados en Wuhan a mediados de diciembre del 2019, nos acercamos a casi un año tratando de contener el avance de este virus.
En el intento de regresar al “nuevo normal”, con marcada responsabilidad muchos han adoptado las medidas recomendadas por las Organizaciones Internacionales acreditadas mientras otros han decidido no pausar sus vidas y cada vez es mas frecuente escuchar en las consultas “el que se va a morir, se morirá como quiera”.
Con especial atención a los modelos internacionales, pero tomando en consideración nuestra realidad como nación y el porciento de transmisión deberán tomarse las medidas para plantear las próximas semanas.
Retrasos en el sector educación, turismo y evidentemente salud, marcan el mayor desafío de la nueva gestión de gobierno.
Las estrategias médicas en cuanto al manejo del coronavirus continúan siendo un gran reto para aquellos que cada día se esfuerzan por salvar la vida de los pacientes. Cada día aprendemos con evidencia como utilizar eficientemente esquemas de tratamiento hasta que surgen nuevos estudios que indican cambiar el plan.
La administración de plasma ha sido ampliamente utilizada, sin embargo, la pasada semana cuando la Food and Drug Administration (FDA) se preparaba para una aprobación de emergencia como tratamiento para la COVID 19, altos oficiales médicos federales informaron que los resultados hasta el momento del mayor estudio con plasma dirigido por la Mayo Clinic en Estados Unidos, no eran los suficientemente fuertes como para otorgar una aprobación de emergencia.
A principios de agosto 2020, Appili Therapeutics obtuvo el permiso de la FDA de su antiviral para pasar a la Fase 2 de su estudio donde participarán 760 voluntarios en Estados Unidos y Canadá.
Este antiviral, fue aprobado en una ocasión para el manejo de emergencia de la influenza en Japón. Países como Rusia y la India lo han aprobado como tratamiento de emergencia para el coronavirus mientras se aprueba una vacuna. A nivel local el antiviral ya se encuentra disponible en al menos una farmacia.
La necesidad imperiosa de regresar a nuestras vidas “normales” más rápido que tarde, nos convierte en cómplices de la mayor emergencia sanitaria del mundo.
La automedicación nunca ha demostrado ser la mejor opción. Aprender a reconocer los síntomas y sin temor desde el inicio de los mismos, contactar a su especialista de cabecera para que lo guie en el diagnóstico y tratamiento temprano será siempre nuestra recomendación.
Hasta hoy mantener un adecuado distanciamiento físico, lavado frecuente de manos, el uso correcto de mascarillas y no tocarse la cara es la única manera de prevenir ser infectado.
Varios artículos han reportado los beneficios sociales y sicológicos de las burbujas o núcleos de cuarentena en la que dos o más familias socializan entre sí, pero no entra nadie mas y esto es vital; desde que se le permite la entrada a una persona que inicialmente no estaba en la burbuja de manera automática todos están en riesgo.
Hasta el día de hoy, la prevención es el mejor “tratamiento” ante la pandemia. La integración al sistema de salud de cientos de médicos y la habilitación de miles de camas a nivel nacional ciertamente era necesaria, pero entiendo personalmente que el objetivo debe ser no tener que utilizarlas mediante campañas de prevención masiva y un sistema de consecuencias para quienes violan las medidas adoptadas por las autoridades.
“La conciencia es la brújula humana” Vicent Van Gogh.
Me despido hasta nuestra próxima entrega,
Dra. Jeimy Gómez
Cardióloga-Ecocardiografista-Internista / @Dra.jeimygomez
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