“Siempre se puede un poco más”

¿Cuántas veces has pensando que has llegado al límite, que ya no puedes más, pero al final terminas logrando lo que querías?

Es común pensar que nuestra capacidad de reaccionar ante situaciones demandantes es muy limitada. De momento nos encontramos en un diálogo interno donde debido a la insistencia de nuestro discurso limitante y repetitivo cargado de pensamientos como : “no puedo más”, “ya no sé qué hacer”, “estoy estancado/a”… nos olvidamos del poder inmenso que tienen las palabras que asumimos sobre nuestras acciones inmediatas.

Es cierto que existen situaciones ante las cuales entendemos que “si hacemos un poco más”,  podríamos actuar en contra de los límites personales, o en todo caso, los límites que trazamos con plena conciencia y autodeterminación por el propio bienestar emocional.  En este contexto , es importante aprender a reconocer cuales son aquellas situaciones ante las cuales hemos decidido no hacer más, de aquellas que deciden sobre nosotros y que generan miedos o inseguridades. No es lo mismo darme el permiso de decidir sobre una situación a que la situación decida sobre mí.

Cuando nos reiteramos que  “no podemos más” , dejamos de intentar, dejamos de crecer y de saber que pasaria si hubiesemos hecho el esfuerzo. Al dejar de intentar, difícilmente obtenemos lo que deseamos. luego, el hecho de no haber conseguido lo que deseábamos será lo que confirmará nuestro planteamiento inicial “no puedo más”. Y sobre este planteamiento proveniente de ideas paralizadoras y en muchas ocasiones,  irracionales, construiremos la base de nuestra autoconfianza y autoconcepto, viéndose afectada también nuestra autoestima.

La primera vez que nos enfrentemos a una situación desconocida o que demande mucho de nuestro esfuerzo, podremos sentir miedo ante la amenaza que podemos percibir por creer no poder sobrellevar lo que acontece. La segunda vez, es común pensar “ya he pasado por esto”, independientemente de si hemos podido salir airoso o no de la situación. Posiblemente la tercera vez, ya nos resulte más fácil lidiar con la situación. ¿Por qué sucede esto? Porque nos hemos visto obligados/as a  descubrir, recurrir o adquirir las herramientas que necesitábamos para sobrepasar la situación debido a la exposición repetida. Si desistimos, nunca sabremos si conseguiremos llegar al objetivo la primera, la segunda o tercera vez, claro esta, tomando en cuenta que la insistencia no debe trascender nuestros límites personales.

¿Como sé que no podré más? Vamos a regalarnos el beneficio de la duda y apostemos a nuestra capacidad de encontrar nuevas maneras de emplear lo que ya conocemos a la situación que nos pueda estar dejando sin salida. En lugar de poner un límite pensemos que tenemos la capacidad de recurrir a aquellas herramientas emocionales que sabemos que están y muchas veces no utilizamos pues son las situaciones que evitamos que nos exigen de su uso.

La realidad es que esos límites que hoy hemos recocido que pueden impedirnos avanzar, engloban inseguridades y miedo. El miedo y la inseguridad proveniente de la baja autoestima pueden mantener la frase ”ya no podré más” fresca y lista para surgir ante eventos demandantes.

Y es que, ciertamente son los momentos difíciles de la vida los que nos harán conocer , reconocer y si nos lo permitimos, recurrir a la creatividad para llegar al objetivo. No tenemos un manual que nos indique cómo reaccionar y qué hacer ante cada situación, nos toca improvisar. Vamos a darnos la oportunidad de atrevernos a pensar que sí podemos, que sí lo haremos, que sí seguiremos a pesar de las exigencias del medio, a pesar de que no sepamos con certeza cómo lo haremos, a pesar del miedo que paraliza o de la inseguridad que nos hace incrédulos de nuestra gran capacidad de continuar en momentos de crisis. Regalémosle ese hermoso detalle a nuestra autoestima, pensemos con autoconfianza y reforcemos el autoconcepto.

Preguntémonos…¿qué hay dentro de mí que no estoy utilizando para sobrellevar este momento tan demandante? , ¿qué es lo que realmente me limita…?, ¿ no puedo seguir porque continuar no es sano para mi salud emocional o porque mis pensamientos limitantes me hacen dudar de mi capacidad?  Asume el reto…

Lic. Marie Canela Joubert

Psicóloga

Especialista en Intervenciones en Psicoterapia