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¿Y qué hace un caribe en Nueva York, entonces?

Suponemos que los super-sabios de las redes sociales de la República Dominicana conocen que hay pruebas irrefutables de que la humanidad tiene su origen en el continente africano hará 30,000 años, esto se acepta no importa si creemos en la evolución o la creación, pues las huellas mas antiguas de nuestros antepasados han sido localizadas en este continente, y la migración de ellos ha sido seguida y comprobada al encontrar sus restos, utensilios y hasta pinturas en cuevas diseminadas por todo el planeta.

En base a esto también suponemos que se acepta desde siempre, que los seres humanos somos migrantes naturales que nos hemos desplazado, trasladado, movido de un lado a otro, y esto lo hemos hecho para sobrevivir.

Hace miles de años nuestros antepasados iban cambiando de lugar a medida que el clima se modificaba, que la caza se hacia menos o mas abundante o en épocas modernas cuando invasiones y guerras, enfermedades y penurias iban cambiando la fisonomía de lo que los rodeaba.

Si algo caracteriza a la humanidad es su capacidad de moverse, de adaptarse a cualquier ambiente y en base a esta característica tan especial de nuestra especie, es que hemos sido capaces de someter a nuestra voluntad a todo el planeta, es que nos vamos a los lugares mas lejanos y somos capaces de sobrevivir.

Para tener una idea de si nos movemos o no, solo hay que pensar que entre el siglo XVI y el XVIII, la época del descubrimiento y el desplazamiento de los europeos hacia el continente americano, mas de 2 millones de habitantes de Europa y sobre 11 millones de esclavos cruzaron el océano Atlántico para establecerse en el nuevo mundo, trayendo consigo costumbres, cultura, lengua, alimentos y sobretodo enfermedades como la viruela, que diezmó a la población que ya vivía de este lado del mundo.

El grave problema al que ahora se le intenta dar una respuesta, mas teórica que practica, es como establecer un balance entre el fenómeno de la globalización donde los productos manufacturados, los servicios y los capitales se mueven libremente sin que para ellos exista ninguna frontera, pero sin embargo las personas no tienen esa misma libertad, porque su movimiento esta limitado a reglas establecidas por las leyes de cada uno de los estados-nación, concepto político que caracteriza a la era moderna, o a reglas que se originan en organismos internacionales multilaterales.

Ya en el siglo XIX y principios del XX,  con el desarrollo de la Revolución Industrial y posteriormente las grandes guerras europeas, primero se produjeron migraciones desde Inglaterra y Francia, los países que primero construyeron los llamados estado-nación organizados, hacia África y Asia, para después con el desmembramiento del imperio Otomano y las grandes guerras mundiales, millones de europeos migraron hacia Canadá, Estados Unidos y el resto de América Latina, especialmente Brasil y Argentina.

Lo que esta ocurriendo en el siglo XXI es la migración en sentido contrario.

El próximo domingo se celebrará en Madrid la final del partido de futbol mas importante de Argentina, llamada la ¨Copa Libertadores de América¨, aparte de los problemas de seguridad, porque en la capital de la ex potencia colonial residen sobre 250.000 argentinos que han migrado siguiendo las huellas, pero al revés de sus antepasados.

Mientras en Paris florecen los barrios llenos de migrantes que llegan de África, mas de la mitad del llamado continente negro habla francés, ya sea por la colonización francesa o belga, y en las calles de Londres y otras ciudades inglesas, se observan a los descendientes de paquistaníes, indios mas otros lugares que fueron colonizados por los hijos de la Gran Bretaña.

Los flujos migratorios masivos son un fenómeno mundial, millones de africanos huyen de las guerras, el hambre y la falta de oportunidades, para intentar cruzar el mediterráneo y hacer sus vidas en los países mas ricos de Europa; mas de un millón de dominicanos han cruzado el Atlántico para establecerse en los Estados Unidos, millones de habitantes de Afganistán o Irak intentan huir de la guerra hacia los países mas ricos de Asia o Europa y otros millones mas de Filipinos y Paquistaníes van a trabajar bajo el sol en los Emiratos Arabes.

Entonces arroparse bajo el manto de consignas tontas para explicar problemas complejos, típico de los que no profundizan en los fenómenos que ocurren en esta época post moderna donde el mundo se ha puesto patas arriba, es un método que conocemos muy bien los que hemos estudiado el fenómeno del populismo que, en base a consignas usadas para convencer a aquellos a quienes impulsan los sentimientos mas que la razón, a veces hasta logran sus fines.

Bajo este contexto hay que convenir que lo que está en crisis, fruto de todos los cambios que se han impuesto en el mundo en los últimos años es el estado-nación, esa figura jurídica que sustituyó al feudalismo y se desarrolló en Europa muy especialmente después de firmada la Paz de Westfalia.

Este fue el tratado firmado en las ciudades alemanas de Osnabrück y Münster en 1648 puso fin a las guerras religiosas de Alemania, España y Los Países Bajos, donde se reconoció por primera vez el derecho de soberanía territorial que sentó las bases que dieron origen a los primeros estados nacionales, siendo los  mas emblemáticos Inglaterra y Francia, que se puede decir son los creadores y desarrolladores del concepto del Estado-Nación que ha estado vigente hasta hoy día.

Pues este concepto es lo que está en cuestionamiento en un mundo donde la llamada globalización es lo que prima en las relaciones económicas de un sistema capitalista que lo arropa todo, es mas, aquellas potencias que dieron origen al estado-nación, un invento netamente europeo tanto en su implementación como conceptualización, cayó en crisis después de la segunda guerra mundial, dando paso a un mundo donde las potencias dominantes eran los Estados Unidos y La Unión Soviética, la llamada era de la Guerra Fría.

Posterior a esto, muy especialmente después de la caída del muro de Berlín, se han producido cambios muy rápidos en la relaciones entre los seres humanos, con las nuevas tecnológicas ha crecido de manera exponencial la forma de comunicarse, de transportarse, de una manera tan importante y rápida que esto ha agudizado una crisis del concepto de estado-nación, creado hace mas de cuatro siglos, para un mundo que cambia rápidamente ante nuestras narices.

A esto es lo que llamamos globalización, pareciera que la humanidad está entrando en un tipo de sociedad diferente a la que hemos conocido, en muy pocos años el centro de poder del mundo ya no tiene un único dueño ni esta siquiera ubicado donde tradicionalmente pensábamos se iba a mantener, ahora surge Asia como un factor importante de decisión en términos económicos, solo hay que pensar que la mayoría de la población mundial reside en ese continente, y que ya no esta aislado por la revolución de las comunicaciones.

Es mas, se podría decir que el reinado de occidente y su forma de ver el mundo, sus instituciones incluso han comenzado a perder peso en las decisiones mundiales, porque China, la India, Corea, Japón, tienen una peso en la población mundial, son centros de innovación, demográficamente son mas grandes que occidente y hoy muchos ya se plantean que el siglo XXI será el momento de los países asiáticos.

Y dentro de estos cambios se están produciendo las grandes migraciones, muy especialmente desde el sur hacia el norte, hay que recordar que hace menos se un siglo las migraciones se producían del norte hacia el sur, lo que ha traído consigo una mezcla de culturas que asusta a algunos, con las consiguientes reacciones xenófobas, que no es mas que el miedo a lo que es diferente.

El gran debate que existe hoy en día es si el estado-nación, ese que tiene características desde hace siglos que son: un territorio, un gobierno y una población, podrá sobrevivir a un mundo cada vez mas interconectado, donde los países dependen unos de otros, un planeta donde ya nadie puede vivir aislado, donde sus habitantes ahora somos capaces incluso de cambiar y modificar condiciones fundamentales para mantener la vida sobre el planeta.

Los efectos del cambio climático, que es un fenómeno creado y causado exclusivamente por el hombre, esta por encima de las fronteras nacionales y afecta por igual a países ricos y pobres, es una globalización del daño que causamos los seres humanos a un hábitat que es de todos y no es de nadie en particular.

En este contexto no hay dudas de que el papel de los estados soberanos ha cambiado al mismo tiempo que cambia la interacción de los seres humanos, las fronteras son cada vez mas tenues, en muchos casos desparecen y existe el pánico, sobre todo en los países mas ricos de que se aceleren las migraciones hacia sus territorios ya que la riqueza que exhiben dentro de sus límites fronterizos sirve como un imán que atrae a millones de personas que viven en la marginalidad y el atraso.

El que crea que los estados son los únicos actores políticos en esta etapa de la humanidad está totalmente equivocado, y el que se aísle de las grandes decisiones que se toman en los organismos multilaterales simplemente esta destinado a sufrir las consecuencias de sus acciones sufriendo aislamiento y en muchos casos infringiendo perjuicios a sus propios connacionales, que en el caso de las oleadas migratorias incluyen personas las mas variadas nacionalidades.

Y es que existen ahora actores políticos nuevos, desarrollados en esta etapa de globalización, que son tan importantes como los estados nacionales; esto incluye a las organizaciones internacionales, ya sean globales o regionales; las grandes compañías globales que pueden ser vistas por todas partes del mundo e incluso los medios de comunicación donde las potencias se disputan el control de las noticias que recibimos todos los días, se ha creado un mundo diferente y global ante nuestros ojos que se encuentra en pleno desarrollo.

También se han creado redes de delito global, el crimen organizado se ha apoderado de cadenas delictuosas que traspasan las fronteras, existen también organizaciones terroristas globales, hackers que ingresan para robar datos a computadoras de todo el mundo y hasta se han creado monedas virtuales, como el bitcoin y otras muchas mas, que ni siquiera dependen de un banco central estatal que legalice o regule su emisión, es decir escapa al control del estado-nación.

En todo ese contexto es que estamos discutiendo el tema de la migración, solo de los haitianos claro, en la República Dominicana, parece que se nos olvida que somos productores netos de migrantes y que una declaración de intenciones de parte de las Naciones Unidas, eso es el famoso documento a que unos cuantos se refieren, también serviría para proteger a nuestros nacionales esparcidos por todas partes del mundo.

Es risible actuar como si fuéramos un país que solo aceptamos extranjeros en nuestro territorio y nadie migra, como lo hacen todos los seres humanos a una tierra diferente a la que nació, pero mas que eso que nuestros connacionales no necesitan también ser protegidos de algún modo cuando ingresen al lugar que escogieron para vivir, como lo han hecho todos los seres humanos a través de la historia.

Para los que olvidan que tenemos mas del 15% de nuestra población viviendo fuera de nuestras fronteras (mal contados por supuesto), el cantante guatemalteco Ricardo Arjona escribió una canción hacen unos años que describe perfectamente lo que es la migración dominicana a la ciudad de Nueva York, donde incluso tienen un barrio para ellos solos donde ni siquiera se habla inglés.

 

“Recién llegado de Manhattan 

Con el pescuezo arremangado para atrás

Mas mojado que un pescado la ilusión de una quimera

Va silbando por la Quinta ojalá que llueva café

¿Donde vivirá mi tío en el Brooklyn o en el Bronx?

Llegó en balsa a Puerto Rico 

Vendía Mariscos en Piñones y en San Juan

Pero un día de polizón se fue en barco a Nueva York

Con los sueños que llevaba y los sueños que dejó

Se le jorobaba el alma al Caribe en Nueva York

Y piensa en ella, en su mulata mirando al cielo

Mientras se acuesta en una banca en Central Park

Con New York Times se hace un colchón y mira al cielo

Mientras me cuenta la historia que hoy les canto

La historia de un Caribe en Nueva York”.

¿Qué hacemos con ellos? ¿Los olvidamos y evitamos protegerlos como migrantes?

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